Seguramente todos preferiríamos que las urgencias quirúrgicas no existiesen, pero la realidad es que se realizan a diario y son imprescindibles. Estos procedimientos son los que salvan la vida de miles de personas todos los días.
Ahora bien: ¿cuáles son las urgencias que se presentan de manera más frecuente y qué sucedió con ellas durante la pandemia de COVID-19?
Por definición, una emergencia implica una situación médica que necesita que deban tomarse acciones y decisiones de manera inmediata, ya que son situaciones en las que está puesta en juego la vida del paciente. Por el contrario, una urgencia implica un caso que requiere asistencia médica en el corto plazo, pero no está en riesgo la vida o que la situación del paciente empeore.
En el plano quirúrgico, una cirugía de urgencia se realiza dentro de las primeras 24 horas posteriores al diagnóstico y, en general, se dan debido a una problemática que se presenta de forma repentina como apendicitis, hernias, torsión de ovario, entre las más frecuentes. Por su parte, las cirugías de emergencia demandan una situación de peligro evidente para la vida y requieren de una actuación inmediata, por lo cual no hay un tiempo establecido para la intervención necesaria.
Entre los procedimientos médicos más frecuentes de este tipo, encontramos tanto aquellos que se realizan por una enfermedad o por una lesión producto de un accidente:
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Según datos de la Asociación de Clínicas, Sanatorios y Hospitales Privados de la República Argentina (ADECRA) y la Cámara de Entidades de Diagnóstico y Tratamiento Ambulatorio (CEDIM), las consultas a emergencias cayeron un 74% con respecto abril del 2019.
Por su parte, según indicó en mayo de este año Lucio Obeide –jefe del servicio de Cirugía General del Hospital Privado Universitario de Córdoba– , las consultas por cuadros apendiculares también se redujeron desde el comienzo de la pandemia. Esto no quiere decir que haya menos apendicitis, pero sí que las personas no recurren a un centro médico en caso de sentirse mal o tener molestias. Este escenario puede generar un cuadro de mayor urgencia y, por ende, también implicar más tiempo de recuperación en postoperatorio. En ese sentido y bajo la hipótesis de que los retrasos en las consultas por el confinamiento obligatorio pueden haber afectado los resultados postoperatorios de apendicitis aguda, el British Journal of Surgery publicó en julio el estudio Acute appendicitis does not quarantine: surgical outcomes of laparoscopic appendectomy in COVID‐19 times en el que se recolectaron datos de todos los pacientes adultos que se sometieron a esta cirugía en Argentina entre el 1 y el 30 de abril de este año y los compararon con un grupo de control de pacientes que se realizaron esa intervención en el mismo mes de 2018 y 2019 para analizar cuáles fueron las principales diferencias.
De cualquier modo, cuando hablamos de cirugías, tanto en el caso de programadas, de urgencia o emergencia, el diagnóstico correcto será clave y la preparación también.
El papel de los cirujanos a cargo de estas intervenciones es crucial y, por ello mismo, es fundamental que cuenten con con todo el material necesario para llevar a cabo su tarea con éxito, incluso en tiempos de coronavirus.
Por este motivo, un protocolo claro y ordenado por parte de la institución y poner todas las chances del lado del personal médico con productos médico quirúrgicos a la altura del desafío es el primer paso para salvar vidas.
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