“Cuando escuchas sobre cirugía y cirujanos, ¿piensas en lo que ves en las series o las películas? En realidad, una intervención no siempre es tan glamorosa o dramática; pero, definitivamente, resulta ser igual de emocionante. Una operación es desafiante, variada y gratificante, pero también implica mucho trabajo y dedicación”, advierten desde el Royal College of Surgeons de Inglaterra a los postulantes.
A su vez, esta profesión se ubica entre las más estresantes debido al grado de responsabilidad que implica. Sin embargo, no todo es trabajo en la rutina de los cirujanos: ¿cómo equilibran su vida profesional y personal, y qué actividades eligen más?
Tal como advierten desde el American College of Surgeons, cualquier carrera afecta el estilo de vida personal, en una medida u otra: “En cirugía, el entrenamiento es riguroso y la rutina que acompaña a una práctica de este tipo resulta agotadora; aunque se trata, también, de uno de los campos más gratificantes de la medicina”.
Según los datos de ese colegio que tiene un capítulo argentino, luego de los primeros años, un cirujano general trabaja, en promedio, entre 50 y 60 horas por semana, sin contar las de guardia. Al analizar el estilo de vida de esta carrera, desde la institución también advierten que la mayoría de los profesionales en este campo no poseen tiempo para actividades cotidianas del hogar.
El 57% de los cirujanos de trauma estaban insatisfechos con su equilibrio entre el trabajo y la vida personal. |
La medicina, en general, y la cirugía, en particular, requieren de mucho tiempo de trabajo: emergencias, operaciones programadas, seguimiento de pacientes, reuniones multidisciplinarias para definir tratamientos y procedimientos, tareas administrativas, docencia, congresos e investigación están entre las más habituales.
Existen varios ejemplos que pueden responder a esa pregunta. En 2019, la agencia de noticias con sede en Madrid EFE publicó: “Entre el trajín de gente que circula apresurada por la estación Pueyrredón del metro de Buenos Aires, resuena la voz de Yamil Ponce, un cirujano cardiovascular argentino que, en su escaso tiempo libre, cambia el bisturí por el micrófono y se convierte en cantante de tango callejero”.
En Estados Unidos, se descubrió que los cirujanos generales tenían un equilibrio entre el trabajo y la vida personal significativamente más pobre que los médicos de otras especialidades. Fuente: US National Library of Medicine National Institutes of Health
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Unos años antes, el Penn Medicine Department of Communications de la Universidad de Pennsylvania destacaba que no todos ellos cambian la bata azul de la sala de operaciones por un traje blanco que cubre el cuerpo de pies a cabeza. Salvo Sean Grady, neurocirujano de la Perelman School of Medicine, que también es apicultor aficionado:
“Me gusta la apicultura por razones muy prácticas. Como neurocirujano, no tengo mucho tiempo libre. La apicultura no requiere un gran compromiso en ese sentido. Es alrededor de una hora a la semana si se hace como un hobby. Creo que esta actividad es meditativa. Puedo distraer mi mente de las cosas que ocurren en el trabajo”.
Una encuesta realizada en 2018 entre más de 3.700 médicos de todas las especialidades encontró que más de la mitad (55%) tiene menos tiempo libre que cuando comenzaron su carrera. Sin embargo, estos números habían mejorado en los últimos dos años. El estudio también se refería a que los cirujanos son significativamente menos propensos a advertir el propio burnout que los médicos de urgencias, atención primaria y psiquiatría. Y entre los métodos para combatir el estrés mencionaba: tomarse vacaciones, estar con amigos y familia, hacer ejercicio y practicar yoga o meditación, entre otros.
El 48,3% de los anestesiólogos y el 48,8% de los radiólogos en EE.UU. afirmaron tomarse 4 semanas de vacaciones por año; mientras que el 32,5% de los cirujanos generales aseguraban tomarse 2 semanas como mucho. Fuente: Medscape |
Un estudio similar llevado adelante en 2015 por la American Medical Association señalaba que, entre los médicos de menos de 40 años, el running está entre las actividades preferidas. También los de 40 a 59 años mostraban disfrute por correr o trotar (36%), así como andar en bicicleta (35%) y acampar o caminar (24%). Y cerca del 50% de los profesionales mayores de 60 indicaban que caminan para mantenerse saludables.
Golf, tenis, pesca, esquí, lectura, jardinería, tocar instrumentos y cocinar también aparecían en el estudio como las maneras que ellos encontraban para relajarse.
Mantener el equilibrio entre el trabajo y la vida personal no es sencillo. Sin embargo, saber desconectarse, por momentos, del ámbito laboral, ayuda a poner límites y a evitar el estrés y el agotamiento. Sólo hay que encontrar ese hobbie o actividad que permita liberar la mente.