En el contexto de la pandemia por COVID-19 fuimos testigos de cómo los sistemas de salud reorganizaron sus servicios con el objetivo de dar respuestas a los escenarios que se presentaron y aún estamos atravesando.
Ante el aumento y la complicación de casos durante el 2020 se adoptaron importantes medidas, entre ellas, la protección de pacientes, la reducción –por protocolo o por enfermedad– de personal médico disponible, la incorporación de elementos y procedimientos de prevención y la reorganización de los servicios de atención e internación.
Dentro de este panorama, ¿qué pasó con las cirugías? ¿Cuáles se hicieron más y cuáles menos?
Algunas de las recomendaciones que la Asociación Argentina de Cirugía (AAC) brinda para la atención quirúrgica en el contexto de pandemia y que influyen en las decisiones que se toman a la hora de definir criterios para realizar o posponer una intervención quirúrgica son:
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Al igual que el resto de los servicios médicos y asistenciales, en el ámbito de la cirugía, cada especialidad tuvo que evaluar la urgencia de sus procedimientos y definir en qué casos era posible postergar las intervenciones y en cuáles no. En principio, la prioridad de los quirófanos se destinó a los pacientes que corrían riesgo de vida y no admitían retraso alguno.
Posponer las cirugías electivas permitió reducir el tránsito de pacientes, ahorrar recursos (como camas y equipos de protección) y preservar la salud del personal. El objetivo de este criterio fue contar con recursos para estar preparados frente a una situación de constante y rápida evolución. Jeannette Dabanch Peña –prestigiosa infectóloga chilena– señala que las medidas que se tomaron para reorganizar las funciones de los sistemas de salud ante la pandemia "han producido un efecto colateral sin precedentes en la actividad quirúrgica a nivel mundial, con especial impacto en la cirugía electiva, que se ha visto reducida de forma significativa, lo que afectó a miles de pacientes".
Al inicio de la pandemia, se estimaba en todo el mundo que el 81,7% de las cirugías por enfermedades benignas, el 37,7% de las operaciones de cáncer y el 25,4% de las cesáreas electivas serían canceladas o pospuestas. (Fuente: British Journal of Surgery) |
En Argentina, la Asociación Argentina de Cirugía propuso que cada institución clasificara las cirugías electivas de acuerdo con la necesidad de tratamiento:
En algunos casos se establecieron protocolos y procedimientos para avanzar con las cirugías electivas en pacientes adecuadamente seleccionados: menores de 60 años, que no presentan comorbilidades como EPOC, diabetes o hipertensión, que no hayan viajado recientemente, que no hayan estado en contacto con personas afectadas y no tengan síntomas respiratorios y fiebre. Se trata de intervenciones cortas y ambulatorias (como artroscopia de rodilla, amígdalas o sinusitis), o que no pueden esperar a que pase la pandemia, como la colocación de prótesis, extirpación de útero por miomas, hernias, cálculos vesicales, cálculos renales, entre otras.
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Un informe elaborado por CovidSURG Collaborative Group y publicado en British Journal of Surgery –principal revista quirúrgica europea– proyectó que el número total de operaciones electivas canceladas en adultos en todo el mundo fue de 28.404.603 durante el pico de 12 semanas, es decir, más de 2.000.000 por semana. La mayoría fueron operaciones por enfermedades benignas (90,2%).
Según el estudio mencionado, si los países aumentaran en la pospandemia su volumen quirúrgico normal un 20%, se necesitaría una media de 45 semanas para tratar la acumulación de operaciones que resultan de la interrupción por COVID-19. Ante este posible panorama es preciso y recomendable que los centros de salud posean toda la información y recursos necesarios para realizar una planificación eficiente de sus decisiones.
Disponer de los últimos avances e innovaciones en insumos y tecnología quirúrgica y capacitar al personal en buenas prácticas médicas en el uso de estas es fundamental para planificar una respuesta óptima ante la demanda actual del sector, los pacientes y los desafíos que plantea la recuperación quirúrgica pospandemia.
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