En las últimas décadas el mundo cambió en forma acelerada y las prácticas quirúrgicas viven una constante evolución. Las nuevas tecnologías impactaron de lleno en la medicina y revolucionaron no sólo la forma de ejercer en el quirófano sino también las técnicas de formación.
La manera de aprender de los futuros cirujanos que crecieron de la mano de las redes sociales, la conexión global y el acceso inmediato a la información, marca sin duda la pauta en el intercambio generacional. Bajo este contexto, ¿qué diferencias encontramos entre los profesionales consolidados y los más jóvenes?
Pertenecientes en su mayoría a la generación Y o millennial (nacida luego de 1980 y que llegó a la adultez con el cambio de milenio) y algunos incluso considerados nativos digitales —término acuñado en 2001 por el escritor estadounidense Marc Prensky— los cirujanos de la nueva camada crecieron rodeados por la tecnología; se capacitan y se relacionan también a través de ella.
La gran y simple diferencia con respecto a sus antecesores es que nacieron en otro tiempo y por lo tanto piensan y conciben el mundo de un forma muy diferente: se posicionan en la medicina a través de la innovación tecnológica, están al tanto de los últimos insumos quirúrgicos, tienen un enfoque colaborativo e interactúan con sus colegas alrededor del mundo compartiendo sus experiencias en tiempo real.
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Según una encuesta realizada por la Universidad de Medicina de Navarra (España), el 87% de los estudiantes considera que las redes sociales constituyen una herramienta indispensable. Fuente: Elservier (2020) |
La democratización del material educativo que las tecnologías instalaron en los quirófanos —y también fuera de estos espacios formales— no sólo lo hizo más accesible sino inmediato, acelerando así el cambio significativo que se viene observando en la especialización durante los últimos años. Pero como en toda transformación, cabe aquí también preguntarse: ¿cuáles son los desafíos que se presentan ante la superproducción de contenido y la difusión masiva?
En una sociedad del conocimiento absolutamente globalizada que cambió por completo la enseñanza universitaria, el mayor reto al que se enfrentan los estudiantes y los residentes es la selección de información de calidad. Poder discernir qué es pertinente y qué no, es una habilidad que los cirujanos jóvenes desarrollan a medida que avanzan en sus carreras. En este sentido, el conocimiento y el apoyo de los profesionales con mayor experiencia resulta indispensable.
Para su formación, las nuevas generaciones encuentran diversos beneficios en la tecnología. A través de las redes sociales e internet:
También incorporan a su capacitación realidad virtual y simuladores, además de enriquecerse con data de otras disciplinas de la ciencia como la bioingeniería, la robótica, la genómica y la inteligencia artificial. Estas herramientas tecnológicas no sustituyen el entrenamiento con pacientes bajo la supervisión de cirujanos experimentados, pero sí complementan la práctica clínica y es una realidad que llegó para quedarse.
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Según un relevamiento de la Asociación de Médicos Residentes de Cirugía General (AMRCG), el 84% de los entrevistados refirió haber tenido acceso a prácticas de aprendizaje en simuladores. Del total, 72,9% realizó estas prácticas en la Argentina. |
Las constantes innovaciones obligan a los profesionales a estar actualizados sin importar su trayectoria ni generación. Si bien el presente y el futuro de la cirugía están indiscutidamente relacionados con la tecnología, cómo los médicos se posicionan frente a esto les permitirá asimilar y aprovechar el cambio o quedarse atrás.
Como dijo Charles Darwin, “no es la especie más fuerte la que sobrevive, ni la más inteligente, sino la que responde mejor al cambio”. Frente a esto, la capacitación constante y la colaboración mutua es parte de la respuesta para el éxito de la convivencia generacional.
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Estar al tanto y entender en todas sus dimensiones los avances tecnológicos en cirugía es algo imposible de eludir, así como la comunicación entre profesionales de distintas edades para lograr el desarrollo pedagógico acorde a los tiempos y en pos de la práctica médica futura.
En un mundo en permanente innovación, encauzar el progreso tecnológico y adquirir nuevas habilidades en beneficio de los pacientes es el camino a seguir de acá en más para todos los profesionales de la cirugía, quienes al complementar y nutrir su formación apuestan por mejores técnicas que elevan la calidad de vida de las personas.
Para crecer en innovación y en calidad, hay que poner en juego distintos factores. Entre ellos, tener los mejores materiales para realizar cirugías y un excelente asesoramiento técnico.
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