Entre las relaciones profesionales en el quirófano, la díada o dúo cirujano-anestesista es, indudablemente, el elemento más crítico para el desempeño general del equipo.
¿Cuáles son los estereotipos negativos que cada profesión tiene de la otra y qué puede hacerse para que su trabajo en conjunto sea más eficaz?
Puede suceder, y de hecho es bastante común, que dentro del quirófano, los profesionales difieran en la manera adecuada de abordar un problema y/o en los criterios para su manejo apropiado. Cuando esto sucede, y el equipo no cuenta con una buena dinámica comunicacional, las probabilidades de que la intervención sea exitosa, disminuyen.
La duración de la relación cirujano-anestesiólogo es variable, a veces los individuos se acaban de conocer, otras veces han trabajado juntos durante mucho tiempo. La familiaridad a veces proporciona confianza y ayuda a desactivar el conflicto; otras veces forma una relación disfuncional atrincherada y de desconfianza. Fuente: Intramed
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En este sentido, el liderazgo, el conocimiento -y reconocimiento- de las capacidades de cada profesional pueden ser elementos altamente predictivos a la hora de coordinar con éxito una actividad tan compleja en un medio altamente tecnificado.
Así y todo, las fallas en la comunicación son frecuentes y muchas veces tienen impacto en la morbimortalidad del paciente. Un estudio sobre patrones de comunicación en quirófanos, identificó algunas de las principales causas que originan dichas fallas:
Otro factor a tener en cuenta es el número de anestesiólogos disponibles por cada cirujano en ejercicio. Según el Instituto de Salud Pública y Gestión Sanitaria, existe un déficit crónico y estructural de anestesiólogos que responde a diversos factores como la falta de formación de especialistas, el aumento de la demanda y la cartelización de la oferta.
Por otro lado, según WFSA, en 2015, 43 países del mundo tenían una densidad de proveedores de anestesia de <1/100.000 habitantes mientras que en los países de altos ingresos la densidad es de alrededor de 20/100.000.
Sin dudas, la dinámica cirujano-anestesista es muy particular. Hay casos en que ambos comparten el liderazgo y otros en los que ceden o compiten por el mismo. Las consecuencias van desde favorecer o frustrar el éxito de una intervención hasta trasladar su tensión a otros integrantes del equipo.
Sin embargo, más allá de la cuestión vinculada con el liderazgo, aunque cirujanos y anestesiólogos compartan el mismo objetivo final, sus perspectivas profesionales pueden conducir a diferentes conclusiones o valoraciones respecto a lo que hay que hacer. Por esta razón, los conflictos pueden surgir incluso cuando existe una relación saludable entre ambos.
Si es cierto que las díadas de liderazgo son un elemento clave en la seguridad, calidad y/o funcionamiento efectivo de los equipos de quirófano, entonces la díada del cirujano y el anestesiólogo es la díada que debemos buscar comprender y optimizar. Fuente: Sociedad Americana de Anestesiología. |
La Anesthesia Patient Safety Foundation (APSF) comparte algunas sugerencias y consejos para trabajar las diferencias y mejorar el trabajo conjunto:
Siempre es posible implementar acciones para mejorar el trabajo en equipo. Cuando se presentan situaciones adversas en la díada cirujano-anestesista es preciso desplegar estrategias para que cada profesional conozca, valore y comprenda el trabajo del otro, superando las percepciones negativas y estereotipadas mutuas.
Un buen trabajo en conjunto entre cirujano y anestesista es altamente funcional al interés del paciente y al éxito de la intervención y crea un ambiente de trabajo más agradable y ameno para todo el equipo médico.